Mastín y la chica del galgo es una novela juvenil (para chavales a partir de unos catorce años) de 400 páginas, interesante también para adultos.
Es un libro que puede contribuir cambiar un poquito el mundo a mejor de diferentes maneras, despertando una mayor sensibilidad y respeto por los animales, que se traduce también en bondad y empatía hacia otros seres humanos. De hecho, en el libro también se recogen más valores relacionados con la tolerancia y la convivencia vinculadas a situaciones de acoso escolar o igualdad LGTBi.
Martín tiene diecisiete años y un pitbull, un perro viejo y bueno pero que hace que muchos se cambien de acera cuando los ven paseando juntos. Anda un poco perdido sobre qué hacer con su vida. Y conocer a una nueva vecina, una chica de veintiséis años con un galgo, le conducirá a ser voluntario en una protectora y le ayudará a encontrar su norte. Los perros protagonistas son un pitbull y un galgo. No es casualidad. Embajadores de los conocidos como perros potencialmente peligrosos cuya adopción es más difícil y sobre los que pesan muchos prejuicios injustos y de los perros de caza que llenan perreras y protectoras con un futuro incierto.